Cuadernos del Sur DIARIO CÓRDOBA Crónica
Sábado, 10 de noviembre del 2012
Relatores de la visualidad
Peñarroya–Pueblonuevo
acoge su IV Encuentro de Poesía Visual
Antonio Moreno Ayora
Consolidados ya desde hace siete años, pues la fecha de comienzo data de
octubre del 2006, se han vuelto a celebrar recientemente los encuentros de
poesía visual de Peñarroya–Pueblonuevo, que ahora en su cuarta edición han
convocado a un nutrido y selecto grupo de artistas, investigadores y difusores
de la visualidad.
Con este IV Encuentro se ha conseguido ya aquel
deseo plasmado en las actas del primero, donde José Mariscal Campos anunciaba
que era “La poesía visual, arte por descubrir”, y se ha pasado al objetivo de
“acercar la poesía visual a la población en general, sin distinción de edades”,
según escribe María Gil Morata, la alcaldesa peñarriblense, en las páginas preliminares
de las actas del III Encuentro de poesía visual, un volumen presentado con gran expectación y
satisfacción en la jornada del 19 de octubre pasado, cuando la citada alcaldesa
y el director del Centro de Poesía Visual (CPV) inauguraban el encuentro. Este,
que se prolongó
durante todo el fin de semana, reunió en la tarde
del viernes 19 a tres conocidos investigadores en la temática visual: Javier
Álvarez –a quien Antonio Monterroso definió como “inagotable fuente de
sorpresas”–, que habló sobre los libros de emblemas de los siglos XVI y XVII;
María de los Ángeles Hermosilla, que dedicó su disertación a teorizar sobre la
poesía experimental centrándose sobre todo en aspectos de la recepción y de la
interpretación; y por fin, el director del Departamento de Estudios Ingleses de
la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba, Bernd Díetz, que se basó en diferentes
definiciones de poesía visual para repasar a continuación la época de las vanguardias
norteamericanas, aportar ejemplos de poetas visuales ingleses y argumentar –a
partir de su afirmación “No separemos lo visual de lo verbal”– con ejemplos de
los poetas visuales más válidos del entorno norteamericano y de habla inglesa.
Su interesante, original y dinámica ponencia concluyó afirmando que “Canadá es
el centro de la poesía visual norteamericana, dentro de la tradición del open form”.
En unas jornadas tan intensas y de contacto continuo
entre intervinientes y público es normal que –aparte de la variedad temática
que surge en momentos de descanso y ocio– las conversaciones se centraran en
los aspectos que se iban debatiendo en las ponencias, seguidas siempre por
turnos de diálogo. Así, Bernd Dietz dejó para la reflexión varias definiciones
sobre poesía visual, una la de que esta “es grossomodo poesía experimental”,
otra la de que se le considera “una parte de la poesía concreta que no tiene
texto”.
Para la reflexión quedó también, por ejemplo, el
argumento de César Reglero, que en una de sus frecuentes intervenciones como
participante afirmó que “el arte no existe, existe la creatividad”. Y sea de
una manera o de otra, esto fue algo que pudo comprobarse a diario, pues en la
galería anexa de la biblioteca municipal de Peñarroya –lugar donde se
celebraban todos los actos– se montó una exposición permanente con obras,
publicaciones y revistas de poesía visual, algo que además se complementó también
con la visita al Centro de documentación de poesía visual (CPV) donde hay
archivados y expuestos alrededor de novecientas obras de creación visual y
sobre quinientos libros que responden a la más selecta bibliografía sobre esta cuestión.
Los ponentes del sábado quedaron agrupados por el
hecho de tratar en sus charlas aspectos referidos a la video– creación, y esto
propició que el cordobés Fermín Marrodán Mangado –merecedor ya de importantes
galardones en este campo– hablara sobre Lo poético en el audiovisual contemporáneo, cuyo objetivo fue montar
contenidos audiovisuales para mostrarlos ante un público; con piezas
audiovisuales propias en las que intentaba un análisis de la expresividad gestual
que acompañaba con sus comentarios, acabó dedicando un homenaje a Chris Marker,
creador francés recientemente fallecido a quien definió como “el padre del
ensayo fílmico y del documental moderno”. A continuación fue Eugenio Tisselli
el que desarrolló una ponencia titulada La poesía digital y las minas de oro en
Tanzania,
que le dio pie para relacionar conceptos y hechos muy lejanos solo en
apariencia con los cuales además demostró que la poesía visual está muy
conectada con la poesía digital a través precisamente de la tecnología digital.
José García Obrero, por su parte, quiso en su exposición contraponer cuerpos
inertes a todo el movimiento vital que los circunda, de manera que con el vídeo
que presentó llegó a sugerir ideas tan variadas como la presencia del hombre reflexionando en la naturaleza, aun cuando
esta aparezca ruinosa y devastada, a la vez que la soledad y el paso del
tiempo.
Igualmente llamó la atención en el encuentro el
título con que intervino Pedro Peinado, diseñador e ilustrador gráfico que, al
decir de Antonio Monterroso, “sorprende inmediatamente por la mirada que prende
en su obra”, y que para la ocasión estuvo restringida a buscar las fronteras
que delimitan o contactan el diseño gráfico con la poesía visual. Al centrarse
en varios de los ciclos de su creación (como Buscandoo Minimeces) dejó claro ante el público que es un diseñador de actividad y
creación inagotables.
‘VISUAL
LIBROS’
Un acto que despertó máxima expectación en los
asistentes fue el que al medio día del sábado congregó al poeta, impresor y
veterano artista visual malagueño
Francisco Peralto –al que acompañé–, que acudió al
encuentro con el objetivo de presentar una obra de características especiales
–por su originalidad, extensión y amplitud bibliográfica– titulada Visual Libros, que a partir de una
exposición que Peralto convocó en su propio taller malagueño compendia en 1115
páginas cuanto ha sucedido, se ha publicado o se ha movido en el campo de la
poesía visual durante los diez últimos años, lo que Peralto ha bautizado como
“la década del entusiasmo”.
Por la tarde se sucedieron las intervenciones de
José Luis Campal, llegado desde Oviedo para ofrecer su conferencia Breves nociones
sobre las revistas ensambladas, que el autor no tuvo
inconveniente en aplicar, en buena parte, a la propia revista El Paraíso que él mismo dirige; y luego
la de César Reglero, coordinador del Boek Visual y del Boek861 –dos publicaciones accesibles desde Internet–, que se
centró en el mail art o arte correo, al que definió como “un movimiento de artistas de
todo el mundo que se comunican entre sí utilizando el servicio de correos”. A
él le acompañó también Isabel Jover para aportar ejemplos correspondientes a la
correspondencia personal de su padre. Para terminar, Jover dirigió una emotiva performance que estuvo dedicada a la
violencia de género a
partir de una artística baraja de cartas creada por
el conocido poeta visual Eduardo Barbero.
Asistente y referencia continua en los actos de
estas jornadas ha sido Antonio Gómez, uno de los más expertos y activos practicantes
del arte visual en España.
Porque si hacemos historia, Ángel Crespo y Julio
Campal fueron los introductores de la poesía visual en España; Fernando Millán
y Jesús García Sánchez son sus máximos promotores; Alfonso López Gradolí es el
autor del libro más famoso; el citado Antonio Gómez, el más reclamado de la
actualidad en foros sobre esta temática; César Reglero es quien más la difunde
desde su Boek861; y Francisco Peralto es el operador que más antologías,
colectivos, ensayos y poemarios de poesía visual ha publicado, coronado todo
ello ahora en 2012 por esta magna obra ofrecida como Visual Libros.
No se puede pasar por alto el hecho de que tanto en
los anteriores encuentros como en este aún reciente el Centro de Poesía Visual
(CPV) de Peñarroya-Pueblonuevo adquiere una importancia fundamental al ser el
único museo de esta clase existente en España. En él tienen origen sus dos
publicaciones señeras, las revistas Grisú –cuyo número 18 data del pasado junio– y Dos orillas, que actualmente se
está editando en formato de cederrón.
La jornada
del domingo marcaba el final de las actividades, y, por eso, tras la visita
turística guiada a un lugar emblemático de la pasada historia industrial de la
localidad, el Cerco, tuvo lugar, primero, un acto protocolario en el que estuvo
de nuevo presente la alcaldesa y el director del CPV, José Catalá, quien dio
los parabienes a los participantes y asistentes al encuentro, cuyo ágil
transcurso era el mejor presagio para el que dentro de dos años volvería a
celebrarse, alentado por la Alcaldía de Peñarroya-Pueblonuevo, la Fundación Rafael
Botí y la Diputación, que ya lo tiene proyectado dentro del ciclo cultural
denominado Periféricos.
En ocasiones, lo mejor, lo más vivo y más actual no
es lo que se ha expuesto o se ha leído, sino lo que se ha debatido o se ha
intentado discutir, y por ello aclarar, entre expertos y entusiastas. Se ha
constatado igualmente que desde los más experimentados dentro de la experimentación
hasta los más jóvenes, aprendices y difusores hay una continuidad y por tanto
un futuro. Como se dijo por mi parte y la de Francisco Peralto en el resumen
comentado que hicimos del encuentro, la continuidad de este fenómeno artístico
está a salvo.
No cabe duda de que durante estos tres días
Peñarroya-Pueblonuevo se ha convertido en referencia nacional del arte de la visualidad, alentada con
entusiasmo
por personas que buscan vivir nuevas sensaciones y
expresar las posibilidades creativas de la poesía visual o experimental,
poniendo de manifiesto que este tipo de arte surge motivado por la fuerte
personalidad de cada uno de los artistas, en los que individualmente o en grupo
prima la defensa de un arte efímero, inconformista,
reaccionario, iconoclasta, que aspira a provocar experiencias sensitivas,
emociones y reacciones a partir de los estímulos visuales, siendo estos de
naturaleza tan heterogénea que pueden estar basados en la forma, el color, las posibilidades
del letrismo, la deformación, el borrado o la invención. El afán lúdico o de
redescubrimiento de la realidad están en la base de la creación visual, que al
fin y al cabo es arte, artesanía, diseño, y desde una perspectiva ética,
transgresión, asombro, independentismo y contestación. No se olvide que la
poesía visual es ante todo experiencia individual, y vive desde luego por el
altruismo, por la solidaridad entre sus cultivadores, y sobre todo por su
alejamiento delmundo comercial (a todos les cuesta dinero practicarla) y por su
dosis incontrovertible de generosidad, pues –como escribe Francisco Peralto en
su libro Una sed ardiente, insaciable, inextinguible (Málaga, 2007)–, “ante
la generosidad no hay nada
más que hacer que dar las gracias y procurar
corresponder”.
Un aluvión de generosidad, de fascinación por la
poesía –que es, desde sus orígenes, creación y energía para explorar la belleza
y expresarla– es lo que ha recorrido las calles de Peñarroya– Pueblonuevo, de
su biblioteca que ha acogido las conferencias y exposiciones que las
ilustraban, y de su Centro de Poesía Visual que siendo único y recóndito se
abre a la contemplación y a la investigación con su fondo de poemas visuales y
sus numerosas obras bibliográficas, muestras de coleccionismo y de amor al arte
de la visualidad. No cabe duda de que el IV Encuentro de poesía visual ha
recogido el fruto del éxito de los pasados tanto en asistencia de público como
en calidad y compromiso de poetas visuales o investigadores del fenómeno.
Aglutinado en torno a sus tres bloques temáticos dedicados
a videocreación o ciberpoesía, a creadores y a
difusores de la poesía visual, su compromiso con el futuro resulta ya ineludible.