El “Centro de Poesía Visual”, es un centro de documentación del experimentalismo poético contemporáneo, ubicado en la localidad de Peñarroya-Pueblonuevo desde octubre de 2005.

Es un Centro de carácter público, que depende de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo, y que cuenta con la colaboración de la Diputación Provincial de Córdoba. Es centro referente de esta forma de arte contemporáneo y también una propuesta cultural dentro y fuera de España.

Como centro de documentación y estudio dispone de bibliografía especializada y documentos originales, así como una muestra amplia de revistas experimentales y revistas-objeto. Así mismo dispone de una sala de exposiciones con poemas visuales y poemas objetos internacionales. Como lugar de consulta dispone de un amplio archivo de autores y estilos.

Como centro de documentación vivo es productor de diferentes publicaciones que ven la luz diariamente en su “Revista electrónica de Poesía Visual” o trimestralmente con la revista “eiffel Terrible y cuatrimestralmente con la revista ensamblada “Grisú”, entre otras.

martes, 20 de noviembre de 2012

Relatores de la visualidad



Cuadernos del Sur DIARIO CÓRDOBA    Crónica
Sábado, 10 de noviembre del 2012

Relatores de la visualidad
Peñarroya–Pueblonuevo acoge su IV Encuentro de Poesía Visual
Antonio Moreno Ayora



Consolidados ya desde hace siete  años, pues la fecha de comienzo data de octubre del 2006, se han vuelto a celebrar recientemente los encuentros de poesía visual de Peñarroya–Pueblonuevo, que ahora en su cuarta edición han convocado a un nutrido y selecto grupo de artistas, investigadores y difusores de la visualidad.
Con este IV Encuentro se ha conseguido ya aquel deseo plasmado en las actas del primero, donde José Mariscal Campos anunciaba que era “La poesía visual, arte por descubrir”, y se ha pasado al objetivo de “acercar la poesía visual a la población en general, sin distinción de edades”, según escribe María Gil Morata, la alcaldesa peñarriblense, en las páginas preliminares de las actas del III Encuentro de poesía visual, un volumen presentado con gran expectación y satisfacción en la jornada del 19 de octubre pasado, cuando la citada alcaldesa y el director del Centro de Poesía Visual (CPV) inauguraban el encuentro. Este, que se prolongó
durante todo el fin de semana, reunió en la tarde del viernes 19 a tres conocidos investigadores en la temática visual: Javier Álvarez –a quien Antonio Monterroso definió como “inagotable fuente de sorpresas”–, que habló sobre los libros de emblemas de los siglos XVI y XVII; María de los Ángeles Hermosilla, que dedicó su disertación a teorizar sobre la poesía experimental centrándose sobre todo en aspectos de la recepción y de la interpretación; y por fin, el director del Departamento de Estudios Ingleses de la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba, Bernd Díetz, que se basó en diferentes definiciones de poesía visual para repasar a  continuación la época de las vanguardias norteamericanas, aportar ejemplos de poetas visuales ingleses y argumentar –a partir de su afirmación “No separemos lo visual de lo verbal”– con ejemplos de los poetas visuales más válidos del entorno norteamericano y de habla inglesa. Su interesante, original y dinámica ponencia concluyó afirmando que “Canadá es el centro de la poesía visual norteamericana, dentro de la tradición del open form”.

En unas jornadas tan intensas y de contacto continuo entre intervinientes y público es normal que –aparte de la variedad temática que surge en momentos de descanso y ocio– las conversaciones se centraran en los aspectos que se iban debatiendo en las ponencias, seguidas siempre por turnos de diálogo. Así, Bernd Dietz dejó para la reflexión varias definiciones sobre poesía visual, una la de que esta “es grossomodo poesía experimental”, otra la de que se le considera “una parte de la poesía concreta que no tiene texto”.

Para la reflexión quedó también, por ejemplo, el argumento de César Reglero, que en una de sus frecuentes intervenciones como participante afirmó que “el arte no existe, existe la creatividad”. Y sea de una manera o de otra, esto fue algo que pudo comprobarse a diario, pues en la galería anexa de la biblioteca municipal de Peñarroya –lugar donde se celebraban todos los actos– se montó una exposición permanente con obras, publicaciones y revistas de poesía visual, algo que además se complementó también con la visita al Centro de documentación de poesía visual (CPV) donde hay archivados y expuestos alrededor de novecientas obras de creación visual y sobre quinientos libros que responden a la más selecta bibliografía  sobre esta cuestión.

Los ponentes del sábado quedaron agrupados por el hecho de tratar en sus charlas aspectos referidos a la video– creación, y esto propició que el cordobés Fermín Marrodán Mangado –merecedor ya de importantes galardones en este campo– hablara sobre Lo poético en el audiovisual contemporáneo, cuyo objetivo fue montar contenidos audiovisuales para mostrarlos ante un público; con piezas audiovisuales propias en las que intentaba un análisis de la expresividad gestual que acompañaba con sus comentarios, acabó dedicando un homenaje a Chris Marker, creador francés recientemente fallecido a quien definió como “el padre del ensayo fílmico y del documental moderno”. A continuación fue Eugenio Tisselli el que desarrolló una ponencia titulada La poesía digital y las minas de oro en Tanzania, que le dio pie para relacionar conceptos y hechos muy lejanos solo en apariencia con los cuales además demostró que la poesía visual está muy conectada con la poesía digital a través precisamente de la tecnología digital. José García Obrero, por su parte, quiso en su exposición contraponer cuerpos inertes a todo el movimiento vital que los circunda, de manera que con el vídeo que presentó llegó a sugerir ideas tan variadas como la presencia del hombre  reflexionando en la naturaleza, aun cuando esta aparezca ruinosa y devastada, a la vez que la soledad y el paso del tiempo.

Igualmente llamó la atención en el encuentro el título con que intervino Pedro Peinado, diseñador e ilustrador gráfico que, al decir de Antonio Monterroso, “sorprende inmediatamente por la mirada que prende en su obra”, y que para la ocasión estuvo restringida a buscar las fronteras que delimitan o contactan el diseño gráfico con la poesía visual. Al centrarse en varios de los ciclos de su creación (como Buscandoo Minimeces) dejó claro ante el público que es un diseñador de actividad y creación inagotables.

‘VISUAL LIBROS’
Un acto que despertó máxima expectación en los asistentes fue el que al medio día del sábado congregó al poeta, impresor y veterano artista visual malagueño
Francisco Peralto –al que acompañé–, que acudió al encuentro con el objetivo de presentar una obra de características especiales –por su originalidad, extensión y amplitud bibliográfica– titulada Visual Libros, que a partir de una exposición que Peralto convocó en su propio taller malagueño compendia en 1115 páginas cuanto ha sucedido, se ha publicado o se ha movido en el campo de la poesía visual durante los diez últimos años, lo que Peralto ha bautizado como “la década del entusiasmo”.

Por la tarde se sucedieron las intervenciones de José Luis Campal, llegado desde Oviedo para ofrecer su conferencia Breves nociones sobre las revistas  ensambladas, que el autor no tuvo inconveniente en aplicar, en buena parte, a la propia revista El Paraíso que él mismo dirige; y luego la de César Reglero, coordinador del Boek Visual y del Boek861 –dos publicaciones accesibles desde Internet–, que se centró en el mail art o arte correo, al que definió como “un movimiento de artistas de todo el mundo que se comunican entre sí utilizando el servicio de correos”. A él le acompañó también Isabel Jover para aportar ejemplos correspondientes a la correspondencia personal de su padre. Para terminar, Jover dirigió una emotiva performance que estuvo dedicada a la violencia de género a
partir de una artística baraja de cartas creada por el conocido poeta visual Eduardo Barbero.

Asistente y referencia continua en los actos de estas jornadas ha sido Antonio Gómez, uno de los más expertos y activos practicantes del arte visual en España.
Porque si hacemos historia, Ángel Crespo y Julio Campal fueron los introductores de la poesía visual en España; Fernando Millán y Jesús García Sánchez son sus máximos promotores; Alfonso López Gradolí es el autor del libro más famoso; el citado Antonio Gómez, el más reclamado de la actualidad en foros sobre esta temática; César Reglero es quien más la difunde desde su Boek861; y Francisco Peralto es el operador que más antologías, colectivos, ensayos y poemarios de poesía visual ha publicado, coronado todo ello ahora en 2012 por esta magna obra ofrecida como Visual Libros.

No se puede pasar por alto el hecho de que tanto en los anteriores encuentros como en este aún reciente el Centro de Poesía Visual (CPV) de Peñarroya-Pueblonuevo adquiere una importancia fundamental al ser el único museo de esta clase existente en España. En él tienen origen sus dos publicaciones señeras, las revistas Grisú –cuyo número 18 data del pasado junio– y Dos orillas, que actualmente se está editando en formato de cederrón.

 La jornada del domingo marcaba el final de las actividades, y, por eso, tras la visita turística guiada a un lugar emblemático de la pasada historia industrial de la localidad, el Cerco, tuvo lugar, primero, un acto protocolario en el que estuvo de nuevo presente la alcaldesa y el director del CPV, José Catalá, quien dio los parabienes a los participantes y asistentes al encuentro, cuyo ágil transcurso era el mejor presagio para el que dentro de dos años volvería a celebrarse, alentado por la Alcaldía de Peñarroya-Pueblonuevo, la Fundación Rafael Botí y la Diputación, que ya lo tiene proyectado dentro del ciclo cultural denominado Periféricos.

En ocasiones, lo mejor, lo más vivo y más actual no es lo que se ha expuesto o se ha leído, sino lo que se ha debatido o se ha intentado discutir, y por ello aclarar, entre expertos y entusiastas. Se ha constatado igualmente que desde los más experimentados dentro de la experimentación hasta los más jóvenes, aprendices y difusores hay una continuidad y por tanto un futuro. Como se dijo por mi parte y la de Francisco Peralto en el resumen comentado que hicimos del encuentro, la continuidad de este fenómeno artístico está a salvo.

No cabe duda de que durante estos tres días Peñarroya-Pueblonuevo se ha convertido en referencia nacional del  arte de la visualidad, alentada con entusiasmo
por personas que buscan vivir nuevas sensaciones y expresar las posibilidades creativas de la poesía visual o experimental, poniendo de manifiesto que este tipo de arte surge motivado por la fuerte personalidad de cada uno de los artistas, en los que individualmente o en grupo prima la defensa de un arte efímero,  inconformista, reaccionario, iconoclasta, que aspira a provocar experiencias sensitivas, emociones y reacciones a partir de los estímulos visuales, siendo estos de naturaleza tan heterogénea que pueden estar basados en la forma, el color, las posibilidades del letrismo, la deformación, el borrado o la invención. El afán lúdico o de redescubrimiento de la realidad están en la base de la creación visual, que al fin y al cabo es arte, artesanía, diseño, y desde una perspectiva ética, transgresión, asombro, independentismo y contestación. No se olvide que la poesía visual es ante todo experiencia individual, y vive desde luego por el altruismo, por la solidaridad entre sus cultivadores, y sobre todo por su alejamiento delmundo comercial (a todos les cuesta dinero practicarla) y por su dosis incontrovertible de generosidad, pues –como escribe Francisco Peralto en su libro Una sed ardiente, insaciable, inextinguible (Málaga, 2007)–, “ante la generosidad no hay nada
más que hacer que dar las gracias y procurar corresponder”.

Un aluvión de generosidad, de fascinación por la poesía –que es, desde sus orígenes, creación y energía para explorar la belleza y expresarla– es lo que ha recorrido las calles de Peñarroya– Pueblonuevo, de su biblioteca que ha acogido las conferencias y exposiciones que las ilustraban, y de su Centro de Poesía Visual que siendo único y recóndito se abre a la contemplación y a la investigación con su fondo de poemas visuales y sus numerosas obras bibliográficas, muestras de coleccionismo y de amor al arte de la visualidad. No cabe duda de que el IV Encuentro de poesía visual ha recogido el fruto del éxito de los pasados tanto en asistencia de público como en calidad y compromiso de poetas visuales o investigadores del fenómeno. Aglutinado en torno a sus tres bloques temáticos dedicados
a videocreación o ciberpoesía, a creadores y a difusores de la poesía visual, su compromiso con el futuro resulta ya ineludible.