El “Centro de Poesía Visual”, es un centro de documentación del experimentalismo poético contemporáneo, ubicado en la localidad de Peñarroya-Pueblonuevo desde octubre de 2005.

Es un Centro de carácter público, que depende de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo, y que cuenta con la colaboración de la Diputación Provincial de Córdoba. Es centro referente de esta forma de arte contemporáneo y también una propuesta cultural dentro y fuera de España.

Como centro de documentación y estudio dispone de bibliografía especializada y documentos originales, así como una muestra amplia de revistas experimentales y revistas-objeto. Así mismo dispone de una sala de exposiciones con poemas visuales y poemas objetos internacionales. Como lugar de consulta dispone de un amplio archivo de autores y estilos.

Como centro de documentación vivo es productor de diferentes publicaciones que ven la luz diariamente en su “Revista electrónica de Poesía Visual” o trimestralmente con la revista “eiffel Terrible y cuatrimestralmente con la revista ensamblada “Grisú”, entre otras.

martes, 28 de octubre de 2014

Cuadernos del Sur El libro, un objeto de arte



El libro, un objeto de arte ( Diario Córdoba - 25/10/2014 )



Cuadernos del Sur

El libro, un objeto de arte

Peñarroya--Pueblonuevo acoge su quinto Encuentro de Poesía Visual
Antonio Moreno Ayora 25/10/2014

El Centro de Poesía Visual de Peñarroya-Pueblonuevo, reconocido por las siglas CPV, lleva funcionando ya nueve años, desde el pasado octubre del 2005 en que fuera creado, y, dependiente de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de la citada localidad, es referente único de este original tipo de poesía en España. Tiene su sede en el mismo edificio que actualmente ocupa también el Museo Geológico-Minero (con restos admirables del pasado industrial de la población), y en él se coleccionan y exponen muy numerosas obras de este género artístico al que normalmente se le denomina poesía visual o poesía experimental, que se diferencia así de la acepción del género lírico o poesía discursiva, si bien con cierta frecuencia ambas modalidades pueden complementarse y en realidad debe saberse que la visual fue en sus orígenes una evolución o transformación de la discursiva, pues basta pensar simplemente en que la poesía vanguardista tuvo en la expresión del caligrama uno de los momentos iniciáticos --históricamente se han documentado otros-- de la poesía visual.
LA POESIA VISUAL
En el libro Lecturas conjuntadas sobre poesía visual. Con antología complementaria de nombres destacados (Málaga, Corona del Sur, 2011) puede leerse que "El afán lúdico o de redescubrimiento de la realidad está en la base de la experiencia visual, que al fin y al cabo es arte, artesanía, diseño, y, desde una perspectiva ética, transgresión, asombro, independentismo y contestación", cita que se complementa si le añadimos la constatación de que es un "arte efímero, inconformista, reaccionario, iconoclasta, que aspira a provocar sensaciones, emociones y reacciones a partir de los estímulos visuales, siendo estos de naturaleza tan heterogénea que pueden estar basados en la forma, el color, las posibilidades del letrismo, la deformación o la invención". Por estas características se entiende que la poesía visual sea un arte que no puede permitirse el inmovilismo, y la más contundente forma de demostralo han sido las tres intensas jornadas del V Encuentro de Poesía Visual de Peñarroya-Pueblonuevo donde, entre los días 17 al 19 de octubre, se han sucedido las conferencias, muestras y exposiciones de obras, talleres, presentaciones de libros... y todo ello en el marco único e incomparable del Centro de Poesía Visual que tantas obras, bibliografía, documentación y archivos digitales acumula sobre esta temática.
Los artistas/poetas visuales presentan sus creaciones engarzándolas a las coordenadas de espacio, color, volumen, movilidad, etc., con la seguridad de que el público, gracias a su facultad intelectiva que se alía con su mirada, puede ver intelectualmente lo que contempla y admirarlo con la emoción de todos sus sentidos. Por eso se ha dicho que en este tipo de arte pueden conjuntarse, provenientes de los diversos campos, "invenciones, caprichos, antojos, apetencias, y cualquier otra cosa que sea imposible confesar". Seguramente ahora más que nunca debemos traer a colación aquella cita de José Luis Campal --que Alfonso López Gradolí inserta en su edición de Poesía visual española (Antología incompleta) , Calambur, Madrid, 2007-- sobre que "La poesía visual, en su sintética concreción comunicativa, anula barreras, lima estereotipos, desjerarquiza la falseadora función elitista o minoritaria de la poesía y promueve una inhalación de novedosas vías expresivas que no se han agotado, ni mucho menos, con el viejo siglo XX". Y por ello se prolongan en el XXI.

ENCUENTROS BIANUALES
Habiendo sido hasta ahora el CPV el centro impulsor de diversos encuentros de poesía visual, el que se ha celebrado los pasados 17, 18 y 19 de octubre ha tenido como lema El libro, objeto de arte , motivo por el que se han reunido en Peñarroya alrededor de una veintena de expertos en la teoría y en la práctica de este tipo de trabajo visual, a los que se han sumado experiencias de profesores y alumnos igualmente preocupados por explotar las posibilidades didácticas de lo visual: entre ellos debemos citar a F. Javier Alvarez Amo, Antonio Martín Flores y María José Moya Marín. Recuérdese de paso que los precedentes encuentros se dedicaron, con una periodicidad bianual y sucesivamente en 2006, 2008, 2010 y 2012, a hablar de muy diversos aspectos de lo visual, y que de lo tratado puntualmente en tan interesantes convenciones dan fe las respectivas actas --en 2014 se ha hecho un adelanto de edición de las correspondientes al anterior IV Encuentro-- cuidadosamente publicadas por el ayuntamiento peñarriblense y la Diputación, cuyas páginas aunan el texto de las conferencias pronunciadas con las fotografías de los trabajos mostrados o ejecutados en su transcurso.
El atractivo del CPV está no solo en la circunstancia de ser sala permanente de exposición de obras visuales, por mostrarlas debidamente enmarcadas o en vitrinas acondicionadas al efecto, sino paralelamente en ofrecer la posibilidad de debatir, teorizar y ejecutar ante el público los aspectos o disciplinas más candentes en este tipo de arte, razones que explican que a cada encuentro acudan --con el necesario apoyo económico de las autoridades municipales, lo que ya es mucho en tiempo de crisis-- las figuras más relevantes y punteras del arte de la visualidad, y por ello durante estos años han predicado con su palabra y su ejemplo personalidades como César Reglero, Antonio Gómez, Francisco Aliseda, Manuel Lucas González, Francisco Peralto --quien por cierto presentó en 2012 una obra grandiosa e imprescindible para este tipo de poesía como es la suya titulada Visual Libros --, Isabel Jover, Juan López de Ael, Bernd Dietz o Antonio Monterroso, autor que a la sazón acaba de publicar y presentar en estas últimas jornadas un interesante libro que auna teoría, crítica y poesía visual bajo el título de Veo, veo (Córdoba, La Manzana Poética, 2014). Con su incansable director José Catalá al frente, el Centro de Poesía Visual es ya no solo punto obligado de cita para artistas, seguidores y entusiastas de la visualidad, sino foco de expansión de un conjunto de disciplinas que la tiene como basamento ecléctico al confluir sobre él y desarrollarse en la fotografía, el cine, la publicidad, la pintura, la impresión y encuadernación, el collage, el desplegable, el mail-art, la performance y un largo etcétera cuyos rasgos comunes deben ser el colorido, la originalidad y la contemplación entendida como expectativa universal. Es todo este conglomerado de intereses artísticos lo que explica que en años anteriores hayan podido celebrarse los encuentros en torno a las diferentes posibilidades del género y que se iniciaran en 2006 bajo el título aglutinador de Una muestra de Poesía Visual .

GENEROS DE LA POESIA VISUAL
En el terreno de la poesía visual hay muchos y muy diversos enfoques que han acabado caracterizándola como una disciplina del arte --y de que es arte no debe quedar ninguna duda-- que aparece definido por la heterogeneidad y la experimentación, de las que da idea solo la cita de las diversas modalidades -podríamos llamarlas "géneros"-- que se concretan en la obra artística: graffitis, revista ensamblada, revista objeto, libro de artista... Si todo ello confirma a sus respectivos referentes como poesía visual, lo cierto es que la mayoría de ellos están siendo objeto de definición, explicación o interpretación en el momento presente, con la particularidad de que se organizan sobre la base de un elemento común que es la visualidad y unas relaciones múltiples que les llevan a compartir rasgos los unos de los otros y que deben reconocerse por lo que es precisamente la complementariedad.

Por otra parte, esto que llamamos poesía visual tiene como medio de expresión lógico las correspondientes revistas gracias a las cuales es posible la relación entre los autores y la difusión de sus trabajos y el acceso a un público que muchas veces es el mismo grupo de creadores.
Buena parte de estas revistas no tienen ni financiación comercial ni institucional, por lo que la amistad se presenta como otro de los pilares que sustenta este tipo de poesía, sacada a flote
además de manera altruista y colaboracionista entre ellos mismos, sin olvidar que muchos de sus cultivadores son poetas discursivos evolucionados o reconvertidos o bien provenientes de parcelas eminentemente artísticas o profesionales como pueden ser la pintura, la escultura
o la imprenta. Sin duda alguna, mucho tienen que decir y que aportar a este tipo de manifestación artística las que podemos denominar industrias del libro, tales como la encuadernación (con su amplitud de materiales y técnicas) y el diseño, que además la entroncarían directamente con la publicidad.
Por lo que respecta a las revistas de poesía visual, asunto que no puede nunca dejarse de lado y de las que en este V Encuentro ha tratado muy exhaustiva y parcialmente Antonio Gómez al referirse en su ponencia a las Revistas ensambladas en España, existen tres publicadas por el CPV de Peñarroya-Pueblonuevo que son pues de conocimiento obligado: Grisú, revista ensamblada de publicación cuatrimestral; Veneno, hoy ya sin editar pero que alcanzó una larga tirada de números que fueron de aparición trimestral; la muy sintética y actual L’Eiffel Terrible, y por fin la de formato digital que puede consultarse  diariamente bajo el nombre de CPV.
Revista electrónica de Poesía Visual, cuyo enlace es:
centrodepoesiavisual.- blogspot.com.es/2012/05/revista-del -centro-de-poesia-visual-de.html.

EL LIBRO DE ARTISTA
Organizado este V Encuentro, como queda dicho, en torno a la temática fundamental de El libro, objeto de arte, la primera intervención en elmismo –tras la oportuna y siempre atenta inauguración de la alcaldesa de la localidad, María Gil– corrió a cargo del experto en este asunto que es José Emilio Antón, quien hace unos años publicó junto a Ángel Sanz El libro de los libros de artista (Bilbao, 2012), y que, en consecuencia, al intervenir en la tarde del 17, refiriéndose al libro de artista, puntualizó que este no es “un libro de arte”.
A esta añadimos, además de la citada de Antonio Gómez sobre las revistas ensambladas, la de Francisco Peralto, que quiso aclarar una serie de términos del arte de la encuadernación y explicar, junto a las diferencias técnicas entre libro, folleto y pliego, la nomenclatura del libro y acabar presentando ante el público su estuche reciente que ha dado a la luz como continente de la trilogía Palotes, Imágenes y Colores. Intervención sin duda sobresaliente fue la que ilustró Pepe Cáccamo bajo el título de La experiencia objetual, en cuyo transcurso fue comentando un buen número de obras suyas realizadas muchas de ellas con materiales de desecho o recogidas
del abandono de las playas, e incluso a partir del desguace de máquinas de escribir, con lo que además pudo resaltar algunas de sus líneas de pensamiento o sus influencias literarias o estéticas.
Pero en Peñarroya lo teórico se simultaneó necesariamente con lo práctico, una evidencia que pusieron de manifiesto los varios talleres que alternaron con las conferencias de las jornadas:
uno estuvo centrado en la manipulación de libros viejos para transformarlos en objetos con nueva vida (el de Ángel Sanz, titulado Libros de artista y azar), otro, dirigido por JimLorena y Antonio Damián, sobre Taller de creación y edición de libros de artistas colectivos sin maquinaria, y otro fue pensado por Pepe Lara para trabajar la escritura a partir de sus tres dimensiones refiriéndolo a Texto, textura y mancha en un cuaderno. Por añadidura, el conocido artista visual César Reglero –autor por cierto de una amplia obra titulada Antología apropiacionista de la poesía visual española (Málaga, Corona del Sur, 2009)– llamó la
atención de la concurrencia al exponer sus trabajos sobre lo que denominó “prensa gráfica obsesiva apropiacionista“, una actividad que lleva practicando desde hace cuarenta años a través
de un manipulado personal que denomina “intervención” o “apropiacionismo” y que ha alcanzado ya, englobada en diferentes obras, la extensión de 60.000 páginas del periódico El País obsesivamente intervenidas, apropiadas como autor y mostradas como originales
libros de artista. Como resumía recientemente en Facebook uno de los asistentes al encuentro, Manuel Molina González, este se ha prodigado en “-Charlas de gran densidad intelectual y
cargadas de interesante debate sobre el arte, en exposiciones que suponen joyas compartidas”.


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