El libro, un objeto de arte (
Diario Córdoba - 25/10/2014 )
Cuadernos
del Sur
El libro, un objeto de arte
Peñarroya--Pueblonuevo acoge su quinto Encuentro de
Poesía Visual
Antonio
Moreno Ayora 25/10/2014
El Centro de
Poesía Visual de Peñarroya-Pueblonuevo, reconocido por las siglas CPV, lleva
funcionando ya nueve años, desde el pasado octubre del 2005 en que fuera
creado, y, dependiente de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de la
citada localidad, es referente único de este original tipo de poesía en España.
Tiene su sede en el mismo edificio que actualmente ocupa también el Museo
Geológico-Minero (con restos admirables del pasado industrial de la población),
y en él se coleccionan y exponen muy numerosas obras de este género artístico
al que normalmente se le denomina poesía visual o poesía experimental, que se
diferencia así de la acepción del género lírico o poesía discursiva, si bien
con cierta frecuencia ambas modalidades pueden complementarse y en realidad
debe saberse que la visual fue en sus orígenes una evolución o transformación
de la discursiva, pues basta pensar simplemente en que la poesía vanguardista
tuvo en la expresión del caligrama uno de los momentos iniciáticos
--históricamente se han documentado otros-- de la poesía visual.
LA POESIA
VISUAL
En el libro Lecturas
conjuntadas sobre poesía visual. Con antología complementaria de nombres
destacados (Málaga, Corona del Sur, 2011) puede leerse que "El afán
lúdico o de redescubrimiento de la realidad está en la base de la experiencia
visual, que al fin y al cabo es arte, artesanía, diseño, y, desde una
perspectiva ética, transgresión, asombro, independentismo y contestación",
cita que se complementa si le añadimos la constatación de que es un "arte
efímero, inconformista, reaccionario, iconoclasta, que aspira a provocar
sensaciones, emociones y reacciones a partir de los estímulos visuales, siendo
estos de naturaleza tan heterogénea que pueden estar basados en la forma, el
color, las posibilidades del letrismo, la deformación o la invención". Por
estas características se entiende que la poesía visual sea un arte que no puede
permitirse el inmovilismo, y la más contundente forma de demostralo han sido
las tres intensas jornadas del V Encuentro de Poesía Visual de
Peñarroya-Pueblonuevo donde, entre los días 17 al 19 de octubre, se han
sucedido las conferencias, muestras y exposiciones de obras, talleres,
presentaciones de libros... y todo ello en el marco único e incomparable del
Centro de Poesía Visual que tantas obras, bibliografía, documentación y
archivos digitales acumula sobre esta temática.
Los
artistas/poetas visuales presentan sus creaciones engarzándolas a las
coordenadas de espacio, color, volumen, movilidad, etc., con la seguridad de
que el público, gracias a su facultad intelectiva que se alía con su mirada,
puede ver intelectualmente lo que contempla y admirarlo con la emoción de todos
sus sentidos. Por eso se ha dicho que en este tipo de arte pueden conjuntarse,
provenientes de los diversos campos, "invenciones, caprichos, antojos,
apetencias, y cualquier otra cosa que sea imposible confesar". Seguramente
ahora más que nunca debemos traer a colación aquella cita de José Luis Campal
--que Alfonso López Gradolí inserta en su edición de Poesía visual española
(Antología incompleta) , Calambur, Madrid, 2007-- sobre que "La poesía
visual, en su sintética concreción comunicativa, anula barreras, lima
estereotipos, desjerarquiza la falseadora función elitista o minoritaria de la
poesía y promueve una inhalación de novedosas vías expresivas que no se han
agotado, ni mucho menos, con el viejo siglo XX". Y por ello se prolongan
en el XXI.
ENCUENTROS
BIANUALES
Habiendo
sido hasta ahora el CPV el centro impulsor de diversos encuentros de poesía
visual, el que se ha celebrado los pasados 17, 18 y 19 de octubre ha tenido
como lema El libro, objeto de arte , motivo por el que se han reunido en
Peñarroya alrededor de una veintena de expertos en la teoría y en la práctica
de este tipo de trabajo visual, a los que se han sumado experiencias de
profesores y alumnos igualmente preocupados por explotar las posibilidades
didácticas de lo visual: entre ellos debemos citar a F. Javier Alvarez Amo,
Antonio Martín Flores y María José Moya Marín. Recuérdese de paso que los
precedentes encuentros se dedicaron, con una periodicidad bianual y
sucesivamente en 2006, 2008, 2010 y 2012, a hablar de muy diversos aspectos de
lo visual, y que de lo tratado puntualmente en tan interesantes convenciones
dan fe las respectivas actas --en 2014 se ha hecho un adelanto de edición de
las correspondientes al anterior IV Encuentro-- cuidadosamente publicadas por
el ayuntamiento peñarriblense y la Diputación, cuyas páginas aunan el texto de
las conferencias pronunciadas con las fotografías de los trabajos mostrados o
ejecutados en su transcurso.
El atractivo
del CPV está no solo en la circunstancia de ser sala permanente de exposición
de obras visuales, por mostrarlas debidamente enmarcadas o en vitrinas
acondicionadas al efecto, sino paralelamente en ofrecer la posibilidad de
debatir, teorizar y ejecutar ante el público los aspectos o disciplinas más
candentes en este tipo de arte, razones que explican que a cada encuentro
acudan --con el necesario apoyo económico de las autoridades municipales, lo
que ya es mucho en tiempo de crisis-- las figuras más relevantes y punteras del
arte de la visualidad, y por ello durante estos años han predicado con su
palabra y su ejemplo personalidades como César Reglero, Antonio Gómez,
Francisco Aliseda, Manuel Lucas González, Francisco Peralto --quien por cierto
presentó en 2012 una obra grandiosa e imprescindible para este tipo de poesía
como es la suya titulada Visual Libros --, Isabel Jover, Juan López de
Ael, Bernd Dietz o Antonio Monterroso, autor que a la sazón acaba de publicar y
presentar en estas últimas jornadas un interesante libro que auna teoría,
crítica y poesía visual bajo el título de Veo, veo (Córdoba, La Manzana
Poética, 2014). Con su incansable director José Catalá al frente, el Centro de
Poesía Visual es ya no solo punto obligado de cita para artistas, seguidores y
entusiastas de la visualidad, sino foco de expansión de un conjunto de
disciplinas que la tiene como basamento ecléctico al confluir sobre él y
desarrollarse en la fotografía, el cine, la publicidad, la pintura, la
impresión y encuadernación, el collage, el desplegable, el mail-art, la
performance y un largo etcétera cuyos rasgos comunes deben ser el colorido, la
originalidad y la contemplación entendida como expectativa universal. Es todo
este conglomerado de intereses artísticos lo que explica que en años anteriores
hayan podido celebrarse los encuentros en torno a las diferentes posibilidades
del género y que se iniciaran en 2006 bajo el título aglutinador de Una
muestra de Poesía Visual .
GENEROS DE
LA POESIA VISUAL
En el
terreno de la poesía visual hay muchos y muy diversos enfoques que han acabado
caracterizándola como una disciplina del arte --y de que es arte no debe quedar
ninguna duda-- que aparece definido por la heterogeneidad y la experimentación,
de las que da idea solo la cita de las diversas modalidades -podríamos
llamarlas "géneros"-- que se concretan en la obra artística:
graffitis, revista ensamblada, revista objeto, libro de artista... Si todo ello
confirma a sus respectivos referentes como poesía visual, lo cierto es que la
mayoría de ellos están siendo objeto de definición, explicación o
interpretación en el momento presente, con la particularidad de que se organizan sobre la base de un
elemento común que es la visualidad y unas relaciones múltiples que les llevan
a compartir rasgos los unos de los otros y que deben reconocerse por lo que es
precisamente la complementariedad.
Por otra parte, esto que llamamos poesía visual
tiene como medio de expresión lógico las correspondientes revistas gracias a
las cuales es posible la relación entre los autores y la difusión de sus
trabajos y el acceso a un público que muchas veces es el mismo grupo de
creadores.
Buena parte de estas revistas no tienen ni
financiación comercial ni institucional, por lo que la amistad se presenta como
otro de los pilares que sustenta este tipo de poesía, sacada a flote
además de manera altruista y colaboracionista entre
ellos mismos, sin olvidar que muchos de sus cultivadores son poetas discursivos
evolucionados o reconvertidos o bien provenientes de parcelas eminentemente
artísticas o profesionales como pueden ser la pintura, la escultura
o la imprenta. Sin duda alguna, mucho tienen que
decir y que aportar a este tipo de manifestación artística las que podemos
denominar industrias del libro, tales como la encuadernación (con su amplitud
de materiales y técnicas) y el diseño, que además la entroncarían directamente
con la publicidad.
Por lo que respecta a las revistas de poesía visual,
asunto que no puede nunca dejarse de lado y de las que en este V Encuentro ha
tratado muy exhaustiva y parcialmente Antonio Gómez al referirse en su ponencia
a las Revistas ensambladas en España, existen tres publicadas por el CPV
de Peñarroya-Pueblonuevo que son pues de conocimiento obligado: Grisú,
revista ensamblada de publicación cuatrimestral; Veneno, hoy ya sin editar
pero que alcanzó una larga tirada de números que fueron de aparición trimestral;
la muy sintética y actual L’Eiffel Terrible, y por fin la de formato digital
que puede consultarse diariamente bajo
el nombre de CPV.
Revista electrónica de Poesía Visual, cuyo enlace
es:
centrodepoesiavisual.- blogspot.com.es/2012/05/revista-del
-centro-de-poesia-visual-de.html.
EL LIBRO DE ARTISTA
Organizado este V Encuentro, como queda dicho, en
torno a la temática fundamental de El libro, objeto de arte, la primera intervención
en elmismo –tras la oportuna y siempre atenta inauguración de la alcaldesa de
la localidad, María Gil– corrió a cargo del experto en este asunto que es José
Emilio Antón, quien hace unos años publicó junto a Ángel Sanz El libro de
los libros de artista (Bilbao, 2012), y que, en consecuencia, al intervenir
en la tarde del 17, refiriéndose al libro de artista, puntualizó que este no es
“un libro de arte”.
A esta añadimos, además de la citada de Antonio
Gómez sobre las revistas ensambladas, la de Francisco Peralto, que quiso
aclarar una serie de términos del arte de la encuadernación y explicar, junto a
las diferencias técnicas entre libro, folleto y pliego, la nomenclatura del
libro y acabar presentando ante el público su estuche reciente que ha dado a la
luz como continente de la trilogía Palotes, Imágenes y Colores.
Intervención sin duda sobresaliente fue la que ilustró Pepe Cáccamo bajo el
título de La experiencia objetual, en cuyo transcurso fue comentando un
buen número de obras suyas realizadas muchas de ellas con materiales de desecho
o recogidas
del abandono de las playas, e incluso a partir del
desguace de máquinas de escribir, con lo que además pudo resaltar algunas de
sus líneas de pensamiento o sus influencias literarias o estéticas.
Pero en Peñarroya lo teórico se simultaneó necesariamente
con lo práctico, una evidencia que pusieron de manifiesto los varios talleres
que alternaron con las conferencias de las jornadas:
uno estuvo centrado en la manipulación de libros
viejos para transformarlos en objetos con nueva vida (el de Ángel Sanz,
titulado Libros de artista y azar), otro, dirigido por JimLorena y
Antonio Damián, sobre Taller de creación y edición de libros de artistas
colectivos sin maquinaria, y otro fue pensado por Pepe Lara para trabajar
la escritura a partir de sus tres dimensiones refiriéndolo a Texto, textura
y mancha en un cuaderno. Por añadidura, el conocido artista visual César
Reglero –autor por cierto de una amplia obra titulada Antología apropiacionista
de la poesía visual española (Málaga, Corona del Sur, 2009)– llamó la
atención de la concurrencia al exponer sus trabajos
sobre lo que denominó “prensa gráfica obsesiva apropiacionista“, una actividad
que lleva practicando desde hace cuarenta años a través
de un manipulado personal que denomina “intervención”
o “apropiacionismo” y que ha alcanzado ya, englobada en diferentes obras, la
extensión de 60.000 páginas del periódico El País obsesivamente intervenidas,
apropiadas como autor y mostradas como originales
libros de artista. Como resumía recientemente en
Facebook uno de los asistentes al encuentro, Manuel Molina González, este se ha
prodigado en “-Charlas de gran densidad intelectual y
cargadas de interesante
debate sobre el arte, en exposiciones que suponen joyas compartidas”.
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