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Buscando el "arte"
"Almandrade, sin dejarse devorar por la provincia, produce con su arte
un saber sobre la imposibilidad de consistencia de un sistema de
signos".
Haroldo Cajazeira,
Poeta.
Aunque hasta la fecha, este artista y poeta brasileño era un supremo
desconocido para nosotros, no pudimos dejar de prestar atención a esa
rara mezcla de bocetos y diseños seudodigitales que se parecían más a
un programa antiguo de MS2 o Windows 95 (como el Tetris o el clásico
Arkanoid) que a una de esas nuevas líneas experimentales que los
nuevos métodos de expresión artística nos han traído en esa tan ufana
y, frecuentemente, supra admirada contemporaneidad.
Si bien para muchos pueda considerarse como un predecesor del dadaísmo
(por su notable parecido a las creaciones y panfletos gráficos de
Francis Picabia, entre otros), el fenómeno nudista, o "nudismo
abstracto" -como algunos críticos lo denominaron-, y que ha pergueñado
el artista de Bahía, haría de esta comparación un mero espejismo. Más
en la tangente del nominalismo
(http://www.filosofia.org/enc/ece/e40519.htm) y los restos antipop de
la nueva figuración de finales de los ochentas, la reflexión en
solitario que ha hecho de su arte Almandrade rehuye todos los
vanguardismos existentes y se extiende -y plantea- como un gran poema
visual en busca de nuevos versos e ideas con que poderse expresar.
Cuando se escribe una crítica de arte, a menudo, se tiende a comparar
la obra del artista con algo que ya conocemos, a menudo una tendencia
o movimiento, o artista en concreto; no obstante, en el caso del arte
conceptual que evocan los, más que ideogramas, flases apocalípticos de
aquello que nunca se debería dar en arte, quedamos inmersos -y
aludidos- por la línea desconcertante que, en los últimos años, nos
han llevado los progresos creativos en esta dirección, por lo que
debemos preguntarnos si el enfoque personal de Almandrade es menos
arriesgado de lo que, a simple vista, parece.
Cuando el arte se caracteriza, y creándolo, teoriza sobre él, se
gangrena, y nadie quiere saber nada de un inválido, de una pierna que
no anda. La gente rehuye lo que no entiende y por tanto, de los
artistas que no se suman a aquel principio básico que sigue al sentido
común y que hace creer -a la masa- en un arte más elemental, menos
profundo. Quizás por ello, este artista se haya valido de algunos de
los conceptos que hasta aquí hemos ido plasmando, conjuntándolo todo
hacia una "línea maestra" donde el diseño en 2D y 3D de sus numerosos
proyectos, se deduce como un subproducto de esta nueva era online que
todos estamos viviendo. Por esa premisa, lo genuino de las tendencias
del brasileño se miden en el punto de inflexión artístico que reza en
el inconsciente colectivo, el cual, día tras día encontraremos más
imbuido en un plano virtual, donde la imagen debe ser más interactiva
que nunca. Algo curioso que, hace poco más de ochenta años atrás,
poetas y artistas de la bohemia parisina como Tristán Tzara o Man Ray,
explotaron en sus fotomontajes, pasquines y anecdóticos carteles de
visitas a sus exposiciones clandestinas, a medio camino, siempre,
entre lo políticamente incorrecto y las inverosimilitudes de lo
dantesco.
Sea de un modo u otro, el "abstraccionismo geométrico" del carioca
tergiversa gran parte de la historia artística contemporánea,
reinstalándose en algo que podríamos catalogar de neoprimitivismo o
"nueva era gráfica", presentándonos todo un cúmulo de ideas que corren
hacia un némesis artístico que amenaza con llevárselo todo.
El trabajo de Almandrade, tanto el pictórico como el lingüístico, se ha impuesto a lo largo de todos estos años como un lugar de reflexión solitario y al margen de la escena cultural de Bahía. Después de unos primeros ensayos figurativos, en los inicios de la década de los 70, cuando ganó una Mención Especial en el Primer Salón Estudiantil en 1972, su investigación plástica se encaminó hacia el abstraccionismo geométrico y el arte conceptual. Como poeta, manteniendo contacto con la poesía concreta y con los poemas/proceso, produjo una serie de poemas visuales. Con un estudio más riguroso del constructivismo y del arte conceptual, su arte se desarrolla entre la geometría y el concepto. Diseños en blanco y negro, objetos y proyectos de instalaciones, esencialmente cerebrales, basados en un procedimiento primoroso de tratar cuestiones prácticas y conceptuales, marcan la producción de este artista en la segunda década de los 70.
Un escultor que trabaja con el color y con el espacio y un pintor que medita sobre la forma, el trazo y el color en la pantalla. El arte de Almandrade dialoga con ciertas referencias de la modernidad, reinventando nuevas lecturas. Trabaja con un mínimo de elementos pictóricos, dos o tres colores, dos planos, dos o tres texturas, un trazo, etc. Algo creativo que menospreciamos a primera vista, pero que cuando estamos inmersos en el clima que nos ofrece, encontramos como algo nuevo. La simplicidad que predomina en las composiciones despierta la imaginación y el raciocinio.
Su poesía también traduce ese principio de una poética de lo mínimo y de la levedad. Pocas palabras, versos cortos y sueltos, sintéticos, muchos sin títulos y sin adornos. Artista plástico, poeta y arquitecto, Almandrade (Antônio Luiz M. Andrade) es un pionero de la contemporaneidad en Bahía, pero sin el reconocimiento que merece su trabajo. Como dijo en cierta ocasión el poeta Cleber Borges: "Almandrade es uno de aquellos personajes aparentemente descolocados en el espacio y en el tiempo, que parece caminar hacia un lado, cuando el reloj insiste en avanzar hacia delante". Así es su poesía y su arte.
Su arte y su poesía, para unos pocos, están siendo reconocidos en Brasil y en el exterior. En 1997 participa de la antología Internacional Poetry Review, con un poema traducido por el poeta americano Steven White. Hoy, el arte y la poesía de Almandrade representan el otro lado de Bahía y tiene como tema de reflexión el propio arte y el estar en el mundo. Se destaca por la diferencia y por una trayectoria singular. Como afirma el poeta Haroldo Cajazeira, Almandrade, sin dejarse devorar por la provincia, produce con su arte "un saber sobre la imposibilidad de consistencia de un sistema de signos."
Nicolas Bernard
1 - sem título - escultura de parede - (80x110x04)cm - madeira policromada, alumínio e bola de vidro - 1986
2 - sem titulo - (47x47x18)cm - ferro policromado - 1998
3 - "um sábado de sol" - (100x100)cm - acrílica sobre tela - 2007
5 - "um dia brilhante" - (130x100)cm - acrílica sobre tela - 2008
6 - "a certeza é uma dúvida" - (130x100)cm - acrílica sobre tela - 2008
7 - "por-do-sol depois do cubismo" - (130x100)cm - acrílica sobre tela - 2008
8 - sem título - (45x90x15)cm - madeira policromada e bola de vidro - 1999
9 - sem título - (37x48)cm - nankin sobre papel - 1983