El “Centro de Poesía Visual”, es un centro de documentación del experimentalismo poético contemporáneo, ubicado en la localidad de Peñarroya-Pueblonuevo desde octubre de 2005.

Es un Centro de carácter público, que depende de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo, y que cuenta con la colaboración de la Diputación Provincial de Córdoba. Es centro referente de esta forma de arte contemporáneo y también una propuesta cultural dentro y fuera de España.

Como centro de documentación y estudio dispone de bibliografía especializada y documentos originales, así como una muestra amplia de revistas experimentales y revistas-objeto. Así mismo dispone de una sala de exposiciones con poemas visuales y poemas objetos internacionales. Como lugar de consulta dispone de un amplio archivo de autores y estilos.

Como centro de documentación vivo es productor de diferentes publicaciones que ven la luz diariamente en su “Revista electrónica de Poesía Visual” o trimestralmente con la revista “eiffel Terrible y cuatrimestralmente con la revista ensamblada “Grisú”, entre otras.

martes, 29 de marzo de 2011

Almandrade. Buscando el "arte"






LITERATURA DEL MAÑANA
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Buscando el "arte"


"Almandrade, sin dejarse devorar por la provincia, produce con su arte
un saber sobre la imposibilidad de consistencia de un sistema de
signos".

Haroldo Cajazeira,
Poeta.


Aunque hasta la fecha, este artista y poeta brasileño era un supremo
desconocido para nosotros, no pudimos dejar de prestar atención a esa
rara mezcla de bocetos y diseños seudodigitales que se parecían más a
un programa antiguo de MS2 o Windows 95 (como el Tetris o el clásico
Arkanoid) que a una de esas nuevas líneas experimentales que los
nuevos métodos de expresión artística nos han traído en esa tan ufana
y, frecuentemente, supra admirada contemporaneidad.

Si bien para muchos pueda considerarse como un predecesor del dadaísmo
(por su notable parecido a las creaciones y panfletos gráficos de
Francis Picabia, entre otros), el fenómeno nudista, o "nudismo
abstracto" -como algunos críticos lo denominaron-, y que ha pergueñado
el artista de Bahía, haría de esta comparación un mero espejismo. Más
en la tangente del nominalismo
(http://www.filosofia.org/enc/ece/e40519.htm) y los restos antipop de
la nueva figuración de finales de los ochentas, la reflexión en
solitario que ha hecho de su arte Almandrade rehuye todos los
vanguardismos existentes y se extiende -y plantea- como un gran poema
visual en busca de nuevos versos e ideas con que poderse expresar.



Cuando se escribe una crítica de arte, a menudo, se tiende a comparar
la obra del artista con algo que ya conocemos, a menudo una tendencia
o movimiento, o artista en concreto; no obstante, en el caso del arte
conceptual que evocan los, más que ideogramas, flases apocalípticos de
aquello que nunca se debería dar en arte, quedamos inmersos -y
aludidos- por la línea desconcertante que, en los últimos años, nos
han llevado los progresos creativos en esta dirección, por lo que
debemos preguntarnos si el enfoque personal de Almandrade es menos
arriesgado de lo que, a simple vista, parece.
Cuando el arte se caracteriza, y creándolo, teoriza sobre él, se
gangrena, y nadie quiere saber nada de un inválido, de una pierna que
no anda. La gente rehuye lo que no entiende y por tanto, de los
artistas que no se suman a aquel principio básico que sigue al sentido
común y que hace creer -a la masa- en un arte más elemental, menos
profundo. Quizás por ello, este artista se haya valido de algunos de
los conceptos que hasta aquí hemos ido plasmando, conjuntándolo todo
hacia una "línea maestra" donde el diseño en 2D y 3D de sus numerosos
proyectos, se deduce como un subproducto de esta nueva era online que
todos estamos viviendo. Por esa premisa, lo genuino de las tendencias
del brasileño se miden en el punto de inflexión artístico que reza en
el inconsciente colectivo, el cual, día tras día encontraremos más
imbuido en un plano virtual, donde la imagen debe ser más interactiva
que nunca. Algo curioso que, hace poco más de ochenta años atrás,
poetas y artistas de la bohemia parisina como Tristán Tzara o Man Ray,
explotaron en sus fotomontajes, pasquines y anecdóticos carteles de
visitas a sus exposiciones clandestinas, a medio camino, siempre,
entre lo políticamente incorrecto y las inverosimilitudes de lo
dantesco.

Sea de un modo u otro, el "abstraccionismo geométrico" del carioca
tergiversa gran parte de la historia artística contemporánea,
reinstalándose en algo que podríamos catalogar de neoprimitivismo o
"nueva era gráfica", presentándonos todo un cúmulo de ideas que corren
hacia un némesis artístico que amenaza con llevárselo todo.

Poética de la levedad

El trabajo de Almandrade, tanto el pictórico como el lingüístico, se ha impuesto a lo largo de todos estos años como un lugar de reflexión solitario y al margen de la escena cultural de Bahía. Después de unos primeros ensayos figurativos, en los inicios de la década de los 70, cuando ganó una Mención Especial en el Primer Salón Estudiantil en 1972, su investigación plástica se encaminó hacia el abstraccionismo geométrico y el arte conceptual.
Como poeta, manteniendo contacto con la poesía concreta y con los poemas/proceso, produjo una serie de poemas visuales. Con un estudio más riguroso del constructivismo y del arte conceptual, su arte se desarrolla entre la geometría y el concepto. Diseños en blanco y negro, objetos y proyectos de instalaciones, esencialmente cerebrales, basados en un procedimiento primoroso de tratar cuestiones prácticas y conceptuales, marcan la producción de este artista en la segunda década de los 70.

Un escultor que trabaja con el color y con el espacio y un pintor que medita sobre la forma, el trazo y el color en la pantalla. El arte de Almandrade dialoga con ciertas referencias de la modernidad, reinventando nuevas lecturas. Trabaja con un mínimo de elementos pictóricos, dos o tres colores, dos planos, dos o tres texturas, un trazo, etc. Algo creativo que menospreciamos a primera vista, pero que cuando estamos inmersos en el clima que nos ofrece, encontramos como algo nuevo. La simplicidad que predomina en las composiciones despierta la imaginación y el raciocinio.

Su poesía también traduce ese principio de una poética de lo mínimo y de la levedad. Pocas palabras, versos cortos y sueltos, sintéticos, muchos sin títulos y sin adornos. Artista plástico, poeta y arquitecto, Almandrade (Antônio Luiz M. Andrade) es un pionero de la contemporaneidad en Bahía, pero sin el reconocimiento que merece su trabajo. Como dijo en cierta ocasión el poeta Cleber Borges: "Almandrade es uno de aquellos personajes aparentemente descolocados en el espacio y en el tiempo, que parece caminar hacia un lado, cuando el reloj insiste en avanzar hacia delante". Así es su poesía y su arte.

Su arte y su poesía, para unos pocos, están siendo reconocidos en Brasil y en el exterior. En 1997 participa de la antología Internacional Poetry Review, con un poema traducido por el poeta americano Steven White. Hoy, el arte y la poesía de Almandrade representan el otro lado de Bahía y tiene como tema de reflexión el propio arte y el estar en el mundo. Se destaca por la diferencia y por una trayectoria singular. Como afirma el poeta Haroldo Cajazeira, Almandrade, sin dejarse devorar por la provincia, produce con su arte "un saber sobre la imposibilidad de consistencia de un sistema de signos."

Nicolas Bernard



1 - sem título - escultura de parede - (80x110x04)cm - madeira policromada, alumínio e bola de vidro - 1986

2 - sem titulo - (47x47x18)cm - ferro policromado - 1998

3 - "um sábado de sol" - (100x100)cm - acrílica sobre tela - 2007

5 - "um dia brilhante" - (130x100)cm - acrílica sobre tela - 2008

6 - "a certeza é uma dúvida" - (130x100)cm - acrílica sobre tela - 2008

7 - "por-do-sol depois do cubismo" - (130x100)cm - acrílica sobre tela - 2008

8 - sem título - (45x90x15)cm - madeira policromada e bola de vidro - 1999

9 - sem título - (37x48)cm - nankin sobre papel - 1983

Almandrade: La persistencia del nudismo abstracto

Pensé en elementarismo, despojamiento, abecedarismos geométricos, pero terminé optando por la idea del nudismo abstracto para intentar caracterizar la postura y la impostura de Almandrade ante sus creaciones y criaturas “sígnicas”, que vacilan entre la bi y la tridimensionalidad mediante dos o tres colores, dos o tres texturas.
La parsimonia de esos objetos franciscanamente contundentes, diseñados y signados (de-signados), elaborados siguiendo un manual de ortografía, se “performan” de manera engañosamente significados y simplistas, en cuanto que metafísicos.
Crean un campo que parece significativo, que parece rechazar instrucciones “extratextuales” , incluso cuando incluyen algún elemento in memoriam Dada.

Meteoritos geométricos del pensamiento, taquigrafía precisa de una clarísima visión cuya totalidad se eclipsa, da pistas y deja huellas de un evento artístico-mental; ocurrido en el panorama ecológico del arte del siglo XX, como un pájaro en extinción, aparición de un orden innegablemente metafísico, esencia y formas divinas (diría Baudelaire) del pájaro desnudo de la poesía y de sus amores descompuestos.

Un nudismo Proun (El Lissitsky) en los trópicos, añoranzas metonímicas del paraíso, bellas construcciones-instalaciones no habitables, muestras cuasi duchampescas, cuasi “bandoleroburguesas”, de un ex-Edén artístico, donde la probable ironía incrustada no pasa de una media sonrisa.

Estos seres correcta y rigurosamente desnudos , el ojo los toma por enteros, como objetos que caben en el bolsillo. Y su música, pese a no ser siquiera de cámara, es de callejón, nicho y canastillo: son microtonos, mini-ideogramas sólidos a beneficio de Scelsi.
Almandrade mima las miniaturas de sus criaturas, cuya “nudez” implica mudez, limpia limpieza del ojo artístico, ya cansado de la fantástica historia del arte de este siglo (pasado -N. del T.-) interminable, de este infinito milenio.




El nombre Almandrade -en realidad el artista se llama Antonio Luiz M. Andrade- está asociado a una singular estrategia dentro de lo que se llama arte contemporáneo. Artista plástico, arquitecto, maestro en diseño urbano, poeta y profesor de teoría de taller de arte en el Museo de Arte Moderno de Bahía.
Se integró en proyectos colectivos de poemas visuales, multimedia y de instalación en Brasil y en el extranjero y fue uno de los creadores del Grupo de Investigación de Lengua de Bahía que editó la revista Semiótica en 1974; realizó cerca de veinte exposiciones individuales en Salvador, Recife, Río de Janeiro, Brasilia y Sao Paulo entre 1975 y 1997; escribió en varios periódicos y revistas especializadas en arte, arquitectura y urbanismo y ha publicado varios libros de poesía y/o de obras visuales.
Tiene obras en diversas y variadas colecciones privadas y públicas como el Museo de Arte Moderno de Bahía y la Pinacoteca Municipal de Sao Paulo. Retrospectiva Museo de Arte Moderno de Bahía, 2000. Exposición "pensamientos" en el Museo Nacional de Bellas Artes, Río de Janeiro, 2002.
Ha participado en diferentes exposiciones colectivas, entre ellas:
• XII, XIII y XVI Bienal de Sao Paulo.
• "En busca de la esencia" - Muestra especial XIX Bienal de Sao Paulo.
• IV Salón Nacional.
• Universo Fútbol (MAM / Río).
• Feria Nacional (Sao Paulo).
• II Salón Paulista.
• I Exposición Internacional de Escultura Efímeras (Fortaleza).
• Salón Baiano.
• II Nacional de Salón.
• Mención honorífica en el Primer Salón Estudiantil de 1972.
Premios:
• Premios en los concursos de proyectos para obras de artes plásticas del Museo de Arte Moderno de Bahía, 1981/82.
• Premio Fundarte en el XXXIX Salón de Artes Plásticas de Pernambuco en 1986 .
Libros:
• "Sacrificio del sentido", "La oscuridad de la risa", "Poemas", "Noche de sudor" y “Arquitectura de algodón”. Premio Copene de cultura y arte, 1997.