El “Centro de Poesía Visual”, es un centro de documentación del experimentalismo poético contemporáneo, ubicado en la localidad de Peñarroya-Pueblonuevo desde octubre de 2005.

Es un Centro de carácter público, que depende de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo, y que cuenta con la colaboración de la Diputación Provincial de Córdoba. Es centro referente de esta forma de arte contemporáneo y también una propuesta cultural dentro y fuera de España.

Como centro de documentación y estudio dispone de bibliografía especializada y documentos originales, así como una muestra amplia de revistas experimentales y revistas-objeto. Así mismo dispone de una sala de exposiciones con poemas visuales y poemas objetos internacionales. Como lugar de consulta dispone de un amplio archivo de autores y estilos.

Como centro de documentación vivo es productor de diferentes publicaciones que ven la luz diariamente en su “Revista electrónica de Poesía Visual” o trimestralmente con la revista “eiffel Terrible y cuatrimestralmente con la revista ensamblada “Grisú”, entre otras.

sábado, 19 de junio de 2010

BASES PARA CONSTRUIR UN LIBRO EXPERIMENTAL. FRANCISCO Y RAFAEL PERALTO







































































FRANCISCO Y RAFAEL PERALTO








B A S E S
P A R A C O N S T R U I R
U N
L I B R O
E X P E R I M E N T A L



PRIMERA PARTE



HACIA EL LIBRO EXPERIMENTAL

El arte multidisciplinar de la encuadernación.— Lo primero que debemos saber es que esta nobilísima arte, fue la que creó el primer libro tal y como lo conocemos. La encuadernación nació con el libro y el libro nació gracias a ella. El arte de la encuadernación unió las hojas sueltas y escritas de pergamino y después las vistió hermosamente.

El encuadernador.— El encuadernador es el artífice del libro. Él es quien hace el libro en la amplia acepción de la palabra. El autor escribe su contenido (crea la obra literaria, científica, etc), el tipógrafo lo compone, el maquinista lo imprime, pero el que hace el libro (une sus hojas y las viste), es el encuadernador.

Libro.— Se considera libro al conjunto igual o superior a veinticinco hojas de papel, pergamino, vitela, etc. ordinariamente impresas que, por motivos prácticos, se unen unas a otras por uno de sus bordes o por el centro de los pliegos (en caso de que se hayan formado), por medio de hilo, cola, bramante, grapas o clavos, denominándose «lomo», a este lugar.
Naturalmente, para proteger las hojas del libro (superlativamente las primeras y las últimas), se les adapta, pegándola por el lomo o por la línea de cajos, una cubierta de cartulina o cartón cubierto de papel, tela, piel, pergamino, plástico o cualquier otro material.

Partes del libro.—
Lomo, lugar por donde se han unido las hojas y parte esencial de la tapa. Podemos ornamentarlo a base de nervios y tejuelos y, siempre, con el título y el nombre del autor.
Tapa, delantera y trasera, que puede se entera, media y media con puntas o ángulos. Cada parte de la tapa se denomina plano, anterior o posterior.
Corte, de cabeza, pies y delantero que también se puede denominar media caña.
Cantos, se refiere al grueso del cartón con el que se han confeccionado las tapas. En los libros de lujo y arte se les suele dorar una orla
Cejillas, se refiere a los cuatro o cinco milímetros que la tapa sobresale de los cortes, con el objeto de preservar al libro propiamente dicho.
Si abrimos el libro por su orden natural veremos:
Guardas, se denomina así a la hoja doblada por el centro, generalmente en papel fantasía que hace de bisagra entre la tapa y la primera y última hoja del libro.
Hoja (u hojas), de cortesía, las que se dejan sin imprimir antes de la anteportada y detrás de la hoja que atesora al colofón.
Anteportada, es la página noble (impar), en la que se imprime el título del libro. En su revés puede timbrarse la fotografía del autor.
Portada, la siguiente noble, en la que se pone el nombre del autor, título y editorial. En el reverso pueden imprimirse los créditos de la edición.
A la portada pueden seguirle las páginas nobles de la dedicatoria y las citas. A continuación viene el prólogo que da paso a las páginas con el texto.

La página.— Página es cualquiera de las dos caras de una hoja. En el libro se numera (se tiene en cuenta), con el uno (1), la primera del pliego primero que, como hemos visto, corresponde a la primera hoja de cortesía.
La explicación de todas las particularidades tipográficas de las páginas de un libro y, aún de una sola de ellas, cae fuera de este breviario, no obstante nombraremos sus partes más importantes y evidentes, como son los cuatro medianiles o márgenes, que forman el marco que se deja sin imprimir alrededor del texto. Otras partes de la página son el folio o número de orden de las páginas y la cabecera que es donde se consigna el nombre del autor y el título de la obra.

Y ahora que sabemos mínimamente lo que es un libro, veamos el objeto artístico al que podemos denominar libro experimental.— Hemos de convenir en sentido amplio que «libro experimental» será el que en su ejecución práctica y en su contenido, muestre voluntad de transgresión de las normas comúnmente aceptadas. Por tanto, «libro experimental» es el que contiene o se forma en base a un mínimo de hojas de diversas materias, texturas, olores y hasta sabores (unidas por alguna de sus partes), a las que deberemos dar formas diversas por medio de cortes, plegados (papiroflexia), perforados, rasgados, troquelados, pegados, además de decorarlas con añadidos de cromos, sellos, recortes, tiras, encartes de todo tipo, discos musicales, cedés, y, obviamente, con lo escrito-pintado

Formato.—Otra de las premisas que deberá poseer el libro experimental será aquella que particularice su formato que podrá derivar del prologando, apaisado, triangular, hexagonal, circular, etcétera, con el objeto de conseguir volúmenes prismáticos, piramidales, esféricos, cónicos, irregulares o como se nos ocurra.

Variaciones en cuanto al contenido.— Podemos hacer un libro con páginas enrolladas (no confundir con los rollos de papiro, ni con los sacramentarios del judaísmo), y, tomándonos la libertad que nuestra imaginación nos permita, aunque saliéndonos del canon de las cincuenta páginas, podremos encuadernar (hacer), un objeto-libro, con láminas desplegables en acordeón, en forma de fuelle, de abanico, de esfera, etc.

Actuaciones en las tapas.— Por supuesto que a los libros experimentales. les podemos (y debemos), adaptar tapas de todo tipo de formas, materiales y decoración. Sabemos que los primeros libros que se hicieron así las llevaban, por tanto, nosotros, los hacedores de libros experimentales, podemos fabricarlas como nos venga en gana y como nuestra capacidad y medios nos lo permitan. Así podremos hacer desde un libro con tapas de cartulina a otro con tapas de hierro forjado, si es que disponemos de una fragua. Desde un libro con tapas de madera tallada, hasta otro cuyas tapas sean de cerámica.

Libro de artista.— Por lo común es el volumen (ejemplar único), encuadernado de forma más o menos artesanal, cuyas páginas, de cualquier tipo de material, se presentan decoradas, manipuladas, escritas, troqueladas, etcétera.
Llegados hasta aquí es obvio que siempre encontraremos ejemplares que poseerán características tanto del libro de artista, como del libro experimental; del industrial y del libro objeto. En estos casos, nuestra profesionalidad y buen juicio, nos facilitará la nomenclatura que mejor le ataña a cada libro.






SEGUNDA PARTE




ACCIÓN PRÁCTICA

Hoy, nosotros, vamos a hacer un libro experimental artesanal, un libro que podríamos englobar dentro del arte povera, puesto que casi todos los materiales que vamos a emplear los hemos recogido de nuestros sobrantes.
También vamos a hacer un álbum dotado de cartivanas, en cuyas hojas habremos escrito-pintado, previamente, el caligrama que nos parezca oportuno.

Materiales.— Las hojas serán de periódicos gratuitos.
Las guardas y salvaguardas las sacaremos de un folio que habremos decorado y de otro blanco.
La lomera será un trozo de tela blanca.
El cartón de las tapas será ondulado, perteneciente a cualquier tipo de cajas de vino, galletas, bombones, etc.
El material de cubrición del lomo será un trozo de folio en blanco y un retal de cretona.
El plano, con cejillas, será una cuartilla de papel, donde pondremos nuestro nombre, el título de la obra y la decoración que estimemos por conveniente.
El engrudo lo podemos fabricar a base de harina de trigo, aunque en esta ocasión y por la rapidez de secado que posee, nos hemos traído cola plástica de encuadernación.

Herramientas.— Una brocha, una tijera, un cuchillo y a falta de plegadera de hueso, madera o plástico, utilizaremos un peine.

Formato.— El formato del libro lo vamos a decidir basándonos en la hoja (pliego), mayor que nos facilita el mercado. Esto es 70x100 centímetros.
Si empezamos a doblar perpendicularmente al centro de la medida más larga, una de estas hojas (u otras menores, como pueden ser las que vienen en 64x88 o en 65x90), comprobaremos que con ella tendremos suficiente para hacer un libro de más de cincuenta páginas, en concreto 64, si nos quedamos en tamaño octavilla.
Primer doblez: 50x70. Tenemos el medio pliego, cuatro páginas.
Segundo: 35x50. Doble folio, ocho páginas.
Tercero: 25x35. Folio, 16 páginas.
Cuarto: 17'50x25. Cuarto o cuartilla, 32 páginas.
Quinto: 12'50x 17'50. Octavilla, 64 páginas.

Nosotros vamos a elegir este tamaño por ser más cómodo para hacer el ejercicio, advirtiendo que la unión de las hojas (y cartivanas, en el caso del segundo libro), la realizaremos pegando unas con otras a base de pestañas encoladas. Esto es sin coserlas al centro con hilo vegetal, ya que para ello necesitaríamos mucho más tiempo del que disponemos.

 Así que tomamos las hojas de periódicos y mientras las cortamos y doblamos al centro, los que quieran de ustedes pueden ir operando sobre la cartulina que se les ha repartido.
 Ahora procede pegar los pliegos de cuatro páginas unos con otros. Para lo cual vamos a hacer unas escalerillas con la mitad de ellos, con el objeto de encolarles (o empastarles) las pestañas que, como es lógico, se hacen por la parte del doblez o lomo. Esto se efectúa sobre un empastador que no es ni más ni menos que una hoja de papel de periódico, advirtiendo que según qué clase de material debamos encolar, necesitaremos, incluso papel blanco.

 Tomando el primer pliego encolado, lo ponemos encima de uno de los que hemos reservado y, ajustándolo al lomo y a la cabeza, lo presionamos, primero suavemente y después con más fuerza, hasta que comprobemos que se han pegado; acto seguido lo ponemos bajo peso. De esta forma iremos formando juegos de dos pliegos. Estos juegos se irán pegando unos con otros de la forma explicada hasta tener el libro completo.

 El pegado de salvaguardas y guardas se hace de la forma que sigue: tomamos los folios, los cortamos por la mitad y los doblamos en sentido perpendicular a la longitud mayor. Seguidamente le encolamos una pestaña a las salvaguardas y adherimos una a la primera hoja del libro y la otra a la última. A continuación hacemos lo propio con las guardas, pero las pegamos en el interior de cada una de las salvaguardas. Dejamos el libro bajo peso un par de horas.

 Ahora correspondería desbarbar el libro en la guillotina, como no tenemos, dejamos los cortes intonsos y pasamos a enlomarlo. Lo ideal sería hacerlo con tarlatana, pero nosotros lo vamos a hacer con un trozo de tela blanca. Para ello cortamos una plantilla de papel que sea un centímetro menor que la altura del lomo y seis más ancho que su grueso. A continuación cortamos la tela, encolamos el lomo y le adaptamos la tela, repartiendo las distancias de altura y anchura.

 Mientras se seca el lomo, cortaremos los cartones y la lomera. Para ello hemos cogido una caja de vino, de cuyas paredillas cortaremos dos trozos que sean un centímetro mayor que la altura del libro y un centímetro menor que su ancho.

 La lomera deberá tener tres centímetros y medio más que la altura de los cartones y su ancho (para las dos bandas), será de aproximadamente siete centímetros, a los que tendremos que sumarle el grueso del lomo. Y ahora, como la lomera es de tela, debemos fortalecerla a la vez que evitamos que la cola la manche. Para ello necesitamos un trozo de papel blanco, fino, de su mismo tamaño que una vez encolado y dejado estirar o ablandar, lo adherimos por el revés del tejido.

 Para hacer la tapa tomamos el libro y le adaptamos los cartones, amedianando las cejillas, así como el juego (o tolerancia), entre los cartones y la línea de lomo. Sostenemos todo con un peso, encolamos la lomera y pasamos a pegarla sobre el cartón superior: ceñimos la canal (juego), el lomo y con cuidado doblamos, ceñimos y pegamos la lomera en el cartón posterior. A continuación despegamos la tapa del libro y giramos (volvemos, doblamos), la lomera, dejándola secar bajo peso.

 El corte y pegado de los planos se hace de la forma siguiente: Se cortan los dos trozos del material elegido a igual altura (o longitud), que la lomera, mientras que su ancho debe tener un centímetro menos que los cartones. Antes de adherirlos señalamos con un compás de puntas, u otra herramienta, la medida exacta que deseamos dejar en las bandas. A continuación (como se presupone que tenemos poca práctica), encolamos un plano, lo limpiamos sobre la mediación del cartón, lo despegamos y lo fijamos a las señales de las bandas: satinamos con un paño o con las manos, levantamos la tapa, cortamos las dos puntas, giramos y las remetemos. A continuación se procede de igual modo con el otro plano.

Pasadas dos o tres horas podemos «meter el libro en tapas». Para ello se encola la parte de lomera y de juego, procediendo a meter el libro en su tapa, procurando que las cejillas queden lo más igualadas posible y ciñendo a continuación tanto el lomo, como la canal.


Todas las operaciones que se le hacen al libro o a las tapas, en las que entra la cola, necesitan un tiempo mínimo de secado; no obstante, si tenemos prisa, como en el caso de esta acción, podemos realizarlas unas detrás de otras. Así que vamos a pegar las guardas. Para ello, por ejemplo, levantamos la tapa anterior, cortamos la salvaguarda aproximadamente hasta donde llega el enlomado, encolamos con cola clara de dentro hacia afuera el refuerzo y después la guarda; bajamos el cartón y prensamos. Aquí sería ideal tener una prensa de satinar, ante su falta, lo único que podemos hacer es presionar lo más fuertemente que podamos, levantar la tapa y pasarle la plegadera, para después dejarlo bajo peso varias horas. Ni que decir tiene que para ello podemos servirnos de algunos volúmenes, teniendo cuidado de poner entre nuestro libro y el que le pongamos encima. el correspondiente papel limpio y fuerte, si bien pueden servir hojas de periódico.

 El libro en media tela tapa suelta (puede denominarse cartoné), se ha terminado. La encuadernación del volumen con cartivanas se hace del mismo modo. Muchas gracias.